Rita tenía muchos amigos. Cada día jugaban desde la mañana temprano hasta el atardecer. Jugaban con el viento, con el sol y cuando llovía. Su juego favorito era de los animales.Las nubes iban cambiando de forma; a veces se parecían a los osos gordos, gordos, o a los elefantes con una trompa larga, larga, o a los hipopótamos más fuertes del mundo. Todos se lo pasaban bomba.
Una mañana Rita se despertó triste. Hace dos días que no veía a una de sus mejores amigas.
- Mama, ¿dónde está Lili? - pregunto preocupada.
Pero sus padres no le sabían contestar. Tampoco ninguno de sus amigos. Nadie vio a Lili y parecía que tampoco nadie la echaba de menos...
La nubecita perdió las ganas de jugar. No le apetecía ni siquiera su juego favorito de los animales.
- Hija, juega con tus otros amigos - decía su padre.
- No, no quiero - respondía Rita muy desanimada.
Así pasaban los días... Hasta que pasó una cosa extraña.
Una noche Rita no podía dormir. Deslizándose tristemente por el cielo, observaba desde arriba el bosque y el río. De repente le pareció escuchar un susurro:
- Rita, Rita, estoy aquí...
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- Lili, ¿eres tú? ¿Dónde estás? - pregunto.
- Aquí, en el río.
- ¿Por que? - quería saber Rita.
- Pues es sencillo, con la lluvia caí al río. Y ahora soy agua.
Rita todavía muy sorprendida con las lágrimas en los ojos dijo:
- Lili, por favor, vuelve... Te echo mucho de menos.
- Yo también, pero podemos seguir siendo amigas... Siempre cuando quieras puedes bajar hasta aquí y jugamos. Te enseño las peces del río, conocerás mis amigas ranas y las tortugas...
Rita estaba alegre y triste a la vez... Por fin encontró a su amiga y nada volverá ser igual... Observando el río, por fin sonrió . "Puede ser divertido" - pensó. Le gustó la idea de jugar con Lili junto con sus nuevos amigos peces, tortugas y ranas saltarinas.
Entendió que pueden seguir siendo amigas aunque algo haya cambiado. A partir de ahora no será amistad entre dos nubes, sino una amistad entre un río y una nube.
Temas: el cambio, la pérdida, los ciclos de la vida.
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